jueves, 30 de octubre de 2008

Abuelas de Plaza de Mayo hallan otros dos hijos

Fue hallada la hija de Myriam Ovando y Raúl René De Sanctis, y el hijo de Lil Carme Pereyra y Eduardo Alberto Cagnola, todos desaparecidos en 1977.En este caso se sumaron 95 los nietos encontrados por la organizacion, cuya búsqueda se inicio en plena dictadura.
Dos hijos de desaparecidos, robados al nacer durante el cautiverio de sus madres en la última dictadura argentina (1976-83), fueron encontrados y recuperaron su libertad;Myriam Ovando y Raúl René De Sanctis,ambos desaparecidos eran de distintos operativos de la provincia de Buenos Aires (centro-este) el 1 de Abril de 1977, indicó la organizacion un comunicado de prensa.Cuando Myriam Ovando fue secuestrada en la calle estaba embarazada de seis meses.Luego Raúl René De Sanctis fue visto en la comisaria de La Plata, según los testimonios de los sobrevivientes.En una carta que les llegó a los padres de los desaparecidos,Myriam logró contar que habia dado a luz en cautiverio una niña a la que llamó Laura Catalina.Sus padres siguen desaparecidos.
El otro nieto restituido es hijo de Liliana Carmen Pereyra y Eduardo Alberto Cagnola,ambos estudiantes del Derecho que tenian 21 y 23 años, respectivamente, cuando fueron secuestrados de la pensión en la que vivían en Mar del Plata (400km al sur), el 5 de noviembre de 1977;en aquel momento fueron llevados a la Base de Buzos Tacticos de Mar del Plata, donde funcionó un centro clandestino de detención.
Desde entonces no se supo mas nada de Cagnola, mientras que Pereyra, que estaba embarazada,fue trasladada en noviembre de 1977 a la escuela de Mecanica de la Armada (ESMA,marina de guerra), en la capital de Buenos Aires, para dar a luz en la maternidad clandestina que funcionó en ese emblematicó campo de concentración.
Se estima que tuvo su bebé en la ESMA en febrero o marzo de 1978 y poco despues la regresaron a Mar del Plata,donde fue asesinada en julio.
El niño quedó en la ESMA a cargo de un subprefecto naval y fue adoptado ilegalmente.
Daiana Lanza

miércoles, 29 de octubre de 2008

la Dictadura Militar en Argentina

El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras.La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron.Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal.Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió.

lunes, 27 de octubre de 2008

"La dictadura militar, años de tortura, miedo y ocultamiento de la identidad"

Un golpe anunciado

El descontrol económico, la violencia política y la evidencia de la descomposición del gobierno abrieron la brecha por la cual tos militares volvieron al gobierno. El 24 de marzo de 1976 la Junta Militar —integrada por los comandantes de las tres armas, Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Marina) y Orlando R. Agosti (Aeronáutica)— derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón e inauguró lo que denominó “Proceso de Reorganización Nacional”. Esta nueva intervención militar fue diferente de las anteriores.
El golpe de 1966 había originado un gobierno sostenido, en última instancia, por las Fuerzas Armadas; en 1976 el gobierno fue ejercido en forma directa y en todos sus niveles por las Fuerzas Armadas. Como señaló el nuevo presidente, el general Jorge R. Videla, el 25 de mayo de 1976:
“Las Fuerzas Armadas no fueron escuchadas. Como consecuencia de ello y previendo la inexorabilidad de la crisis, se prepararon para hacer frente a esta situación y las Fuerzas Armadas, como institución, dieron una respuesta institucional a una crisis también institucional.”
El gobierno militar se propuso transformar de raíz la sociedad argentina. No se trataba simplemente de corregir una política económica, de derrotar a la guerrilla o de resolver una crisis institucional. Para ello hubieran bastado algunos cambios dentro de la legalidad constitucional. Lo que para la Junta Militar estaba en cuestión era la existencia misma de una nación. Para resolver esta crisis, entonces había que “reorganizar” la sociedad argentina, en un “proceso” que no tenía “plazos” sino “objetivos”. Había que crear un "ser occidental, nacional y cristiano".
Esta “reorganización” tuvo expresiones concretas: represión política y social, desarticulación de las bases de la economía industrial y ejercicio autoritario del poder. Finalmente, culminó con la derrota militar en la Guerra de las Malvinas.

La represión ilegal — tuvo su apogeo entre 1976 y 1978— fue uno de los rasgos básicos del gobierno militar. La ilegalidad no fue tal sólo por haber sido llevada a cabo por un gobierno de facto sino porque incluso se violó la legalidad establecida por ese gobierno. La represión, cuidadosamente planeada, organizada y dirigida por los más altos niveles de decisión política y militar, fue, al mismo tiempo, clandestina. Sus destinatarios no fueron exclusivamente los integrantes de las organizaciones guerrilleras comprometidos con la lucha armada, sino que se extendió a un conjunto de actores sociales y políticos sin vinculación directa con las organizaciones guerrilleras.
Las modalidades clandestinas de la represión incluyeron el secuestro y la detención en centros clandestinos —se verificó la existencia de más de trescientos—, la tortura y, en la mayoría de los casos, la ejecución. La Junta Militar implantó la pena de muerte. Sin embargo no la aplicó legalmente sino fuera de la ley. Como consecuencia de ello, surgió la figura jurídica de la desaparición forzada de personas —alrededor de diez mil casos comprobados, aunque algunas estimaciones triplican esa cifra—, incluyendo a personas detenidas y ejecutadas clandestinamente por las fuerzas de seguridad. Las consecuencias de la represión incluyeron también a la gran mayoría de la población, que vivió en un clima de miedo de censura.
Los operativos de detención eran realizados comúnmente por militares o paramilitares fuertemente armados que se movían en automóviles en grupos de entre cuatro o cinco personas. Previamente, acordaban con las fuerzas de seguridad la liberación de la zona donde iban a actuar. Atrapaban a las víctimas en la calle, en bares, cines, en sus casas o en el lugar donde se encontraran en ese momento.
Una vez detenidos eran trasladados a un centro clandestino de detención (se estima que funcionaron hasta 610[] ) donde se los interrogaba mediante un régimen de tortura sistemática. Finalmente, en la mayoría de los casos, fueron asesinados y sus cuerpos hechos desaparecer mediante los denominados vuelos de la muerte, sepultados en fosas comunes, o como N.N.



La Noche de los Lápices

El 16 de septiembre de 1976 diez estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Tenían entre 14 y 17 años. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que calificó al suceso como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".

Quienes fueron los chicos asesinados
La siguiente es la nómina de los chicos asesinados. Los dos más grandes tenían 18 años.

DANIEL ALBERTO RACERO"Calibre", 18 años.Hijo de un suboficial naval peronista que murió en el 73, trabajó desde pibe como mensajero. Cuando ingresó a la UES del Normal 3 de La Plata, escribió: "Encontré una trinchera para luchar por una causa justa". Realizó labores de vacunación, recuperación de viviendas y apoyo escolar en barrios pobres y participó de la conquista del BES (Boleto Escolar Secundario). Secuestrado en la casa de Horacio Ungaro el 16/09/76 fue visto en Arana y Pozo de Banfield.

MARIA CLAUDIA FALCONE 16 añosHija de un ex intendente peronista de La Plata, se sumó a la UES a poco de ingresar a Bellas Artes. Después del 73 participó en tareas de apoyo escolar y de sanidad en barrios pobres de La Plata. En el 75 participó activamente en la campaña por el boleto estudiantil. Secuestrada 16/09/76 en la casa de su abuela paterna, fue vista en Arana y Pozo de Banfield

MARIA CLARA CIOCCHINI18 añosAlumna de colegios católicos, participó del scoutismo parroquial y en la UES de Bahía Blanca. Debido a los crímenes de la Triple A y la CNU en esa ciudad, a fines del 75 se mudó a La Plata donde se inscribió en Bella Artes y se fue vivir a la casa de Claudia Falcone. Fueron secuestradas juntas el 16/09/76. Fue vista en Arana y Pozo de Banfield.

FRANCISO LOPEZ MUNTANER"Panchito", 16 años.Hijo de trabajador petrolero peronista preso durante el Plan Conintes que en el 73 se alineó con el sindicalismo ortodoxo, Panchito marchó contra la corriente familiar: era hincha de Gimnasia y militó en la UES de Bellas Artes. Junto a Claudia Falcone participó en trabajos voluntarios en barrios humildes y en la lucha por el BES en 1975. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.

CLAUDIO DE ACHA17 años. Sus padres eran trabajadores con ideas de izquierda y tras el triunfo de Cámpora participó de la toma del Colegio Nacional por su democratización. Tímido y gran lector, se incorporó a la UES luego de la muerte de Perón. Como todos, participó en las manifestaciones por el BES. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.

HORACIO UNGARO17 años. De familia comunista, en el 74 rompió la tradición familiar y se sumó a la UES del Normal N 3. Gran lector y excelente alumno, participó de la lucha de la Coordinadora por el BES. Realizaba tareas de apoyo escolar en la villa ubicada detrás del hipódromo platense. Secuestrado 16/09/76, fue visto en Arana y Pozo de Banfield.
Los chicos que sobrevivieronCuatro de los pibes que, entre el 16 y 17 de septiembre fueron secuestrados, lograron su libertad entre el 78 y el 80, tras estar a disposición del PEN (Poder Ejecutivo Nacional).

PABLO DIAZ18 años.Hijo de un docente universitario peronista de derecha, fue expulsado de un colegio católico y recaló en "La Legión". Había militado en la UES pero en 1976 militaba en la Juventud Guevarista. Secuestrado 21/09/76. Estuvo en Arana, Pozo de Banfield, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U-9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1980).

GUSTAVO CALOTTI"Francés", 18 años. Egresado del Colegio Nacional de La Plata, era cadete policial cuando fue secuestrado 08/09/76. Había militado en la UES pero en el ’76 ya se había desvinculado y estaba más próximo a agrupaciones de izquierda. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y U-9 de La Plata (a disposición del PEN hasta 1979).

EMILCE MOLER17 años. Militante de la UES en la Escuela de Bellas Artes, era hija de un comisario inspector retirado. Secuestrada el 17/09/76. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78)

PATRICIA MIRANDA17 años.Estudiante De Bellas Artes, nunca participó de las luchas por el boleto estudiantil ni tuvo militancia política. Secuestrada el 17/09/76, nunca hizo la denuncia. Estuvo en Arana, Pozo de Quilmes, Valentín Alsina y Devoto (a disposición del PEN hasta marzo 78).

Los otros secuestrados

La Comisión Provincial de la Memoria registra varios "ensayos" de la Noche de los Lápices:El 1 de septiembre, y tras ser interrogados por el vicerrector del Colegio Nacional de La Plata, Juan Antonio Stormo, fueron secuestrados a pocas cuadras cuatro alumnos: Eduardo Pintado, Víctor Vicente Marcaciano, Pablo Pastrana (militantes comunistas) y Cristian Krause, sin ningún tipo de militancia. Pintado logró escapar.El 4 de setiembre fueron secuestrados Víctor Triviño, de "La Legión" (continúa desaparecido), Fernanda María Gutierrez (Liceo Víctor Mercante), Carlos Mercante (Colegio del Pilar ) y Alejandro Desío, Abel Fuks, Graciela Torrado (los tres del Colegio Bellas Artes) y Luis Cáceres (de la Escuela Técnica), los cuatro últimos militantes del GESA (Grupo de Estudiantes Secundarios Antiimperialistas).

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Ocho años de horror

Qué poder decir de aquellos ocho años de oscuridad en nuestro país, un país que quedó bajo la sombra de aquellos que nos robaron parte de nuestra identidad, parte de una generación, esos años en los que encima sufrimos una guerra sin sentido, en definitiva todo eso que hoy, si hoy después de 32 años nos hace decir: nunca más permitamos que nos suceda eso, nunca más permitamos que roben la identidad de todo un pueblo…
Pero hoy en plena democracia ¿no debería estar todo solucionado? Sin embargo Julio Lopez sigue desaparecido por en algún momento haberse enterado de algo que no era conveniente que el mundo sepa, algo que se sigue sin saber, o tal vez no, pero algo que se trata de ocultar para que olvidemos aquel periodo tan siniestro de nuestro país, en el que tantos de nosotros sufrió el ocultamiento de su identidad…

Esta es mi humilde opinión.

Julieta Hourcade

Fuentes de información: http://www.elortiba.org/lapices.html / http://www.portalplanetasedna.com.ar/golpe76.htm

miércoles, 22 de octubre de 2008

Un poco mas para entender como comenzó la última dictadura militar

La dictadura militar en Argentina 24 de marzo de 1976 - 10 de diciembre de 1983



El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras.La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron.Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal.Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió.

Algunas acciones del nuevo gobierno:


Suspende la actividad políticaSuspende los derechos de los trabajadores.Interviene los sindicatos.Prohíbe las huelgas.Disuelve el Congreso.Disuelve los partidos políticos.Destituye la Corte Suprema de Justicia.Interviene la CGT.Interviene la Confederación General Económica (CGE).Suspende la vigencia del Estatuto del Docente. Clausura locales nocturnos. Ordena el corte de pelo para los hombres.Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos. Censura los medios de comunicación.Se apodera de numerosos organismos.

La censura


Comunicado N° 19, 24/03/76Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976).

Los "subversivos"


El término "subversión" englobaba a las organizaciones guerrilleras -prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976- pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más... No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan deliberado. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, El "Proceso" Militar).

La guerra sucia


La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado") por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota") donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los "desaparecidos" al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación.
La represión ilegalLa dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por Lopez Rega.




Distribución de desaparecidos según profesión u ocupación



Obreros......................................................................................... 30%

Estudiantes...................................................................................21,0%

Empleados....................................................................................17,8%

Profesionales.................................................................................10,7%

Docentes.......................................................................................5,7%

Conscriptos y personal subalternode las Fuerzas de Seguridad..............2,5%

Amas de casa...............................................................................3,8%


Autónomos y varios........................................................................5,0%


Periodistas....................................................................................1,6%

Actores y artistas...........................................................................1,3%

Religiosos.....................................................................................0,3%
(Informe de la Conadep, Nunca Mas, Eudeba, 1984)

La tortura

Todos estaban incluidos en la categoría de "enemigos de la nación". La metodología implementada consistió en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, operados por las FFAA., donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos.

Los campos de detención


Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, el Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o "chupado", según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero.
Los desaparecidos
Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada. (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos).Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000.

Apropiación de chicos
Además del secuestro de adultos, hubo un plan sistemático de apropiación de niños. Los niños robados o que las madres parían en los centros de detención fueron inscriptos como hijos propios por muchos miembros de la represión, vendidos o abandonados en institutos. Durante la dictadura, los militares consideraban que los hijos de los desaparecidos debían perder su identidad. Por eso los hacían desaparecer y los entregaban a familias de militares. Ellos pensaban que la subversión era casi hereditaria o que se trasmitía a través del vínculo familiar. De la misma forma que a los hijos de desaparecidos se intentó quitarles su familia, a la sociedad en general se intentó quitarle esos antecedentes que, como los padres de esos chicos, eran considerados subversivos. (Diario "Página 12", 10 de diciembre de 1995)

La noche de los lápices (16/9/76)
La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil.

Madres de Plaza de Mayo
El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno.

Desindustrialización
La pequeña y mediana empresa fue sacrificada en el altar de la eficiencia, iniciándose un proceso de acelerada desindustralizacion, ante la imposibilidad de competir con productos provenientes del exterior. La aplicación de las recetas neoliberales no resolvió, sino que profundizó los problemas económicos.

Especulación
A comienzos de 1977, el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario, denominado "la tablita". Fue un sistema de devaluaciones preanunciadas que, sumado a la "ley de entidades financieras" de junio de ese año (que liberó el mercado de dinero y dio garantía estatal a los depósitos a plazo fijo), dio comienzo a la especulación o "bicicleta financiera".

La plata dulce
La dictadura implementó un plan basado en el liberalismo monetario, que era apoyado por bancos extranjeros y organismos internacionales. El funcionario encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos. Dejó actuar al mercado libremente. Los resultados finales fueron desastrosos. Hubo un gran endeudamiento externo, las industrias quebraron y, al finalizar la dictadura, se desató la inflación.

El conflicto del Beagle
Las cuestiones limítrofes entre la Argentina y Chile estuvieron condicionadas por las circunstancias políticas imperantes en cada país. Bajo regímenes dictatoriales en ambas naciones, las diferencias fronterizas estuvieron a punto de derivar en una guerra abierta. En 1978, luego de que la Argentina rechazó el fallo arbitral británico, el conflicto por el Beagle alcanzó su punto más álgido. El 8 de enero de 1979, la Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, que sometía el entredicho a la mediación del Papa. Finalmente, la propuesta papal, conocida a través del cardenal Antonio Samoré, se dio a conocer el 12 de diciembre de 1980 y fue aceptada por la Argentina en 1984 después de una consulta popular no vinculante, en la que el "sí" al acuerdo se impuso por un amplio margen de votos. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, La Política Exterior)

El Mundial '78
El triunfo final de la selección argentina en el Mundial de Fútbol ha supuesto que la Junta Militar que dirige el Gral. Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso al emprender la organización del campeonato. Durante 25 días, los problemas del país argentino han pasado a un segundo plano y el título mundial conseguido por su selección los mantendrá oculto por más tiempo aún. (Diario "El País", junio de 1978)

1982: La guerra de las Malvinas
En medio de la crisis política, económica y social del régimen militar, sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Tras frustrados intentos diplomáticos, la fuerza de tareas británica llegó al Atlántico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento del crucero "General Belgrano" -que produjo 322 muertos- y del destructor británico "Sheffield", la guerra concluyó el 14 de junio, con la rendición argentina. La derrota marcó el derrumbe político del régimen. El regreso de los soldados arrojó luz sobre las sospechas de lo que habían padecido, sin los pertrechos y el entrenamiento suficientes para enfrentar a los británicos. Para defender las islas del ataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedió a reclutar jóvenes argentinos, sin instrucción militar, la mayoría de los cuales provenía de provincias pobres del interior del país. La derrota catastrófica de Malvinas y el conocimiento de la muerte de centenares de jóvenes argentinos (más de 600), deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputación del ejército, al cual se consideró como mayor responsable del desastre.



Yo destaqué este tema, ya que cuando lo empezamos a tratar a principio de año en la materia construccion de la ciudadanía noté que , por lo menos yo, no sabia mucho sobre el tema. Entonces me propuse buscar informacion para informar o " poner al tanto " a ciertas personas que quieran saber más como yo lo hice.





REALIZADO POR : Lobo Mirassón, Yerimé Lihué

jueves, 9 de octubre de 2008

Los nietos 94 y 95

LOS ÙLTIMOS NIETOS

En este pequeño informe nosotros decidimos destacar información sobre los nietos 94 y 95. La información habla de sus padres y como las abuelas los encontraron. Y más importante todavía se destaca su verdadera identidad:

La nieta número 94:
Las Abuelas de Plaza de Mayo queremos comunicar que hemos encontrado a otra nieta que durante más de 30 años vivió privada de su identidad. Se trata de la hija de Miryam Ovando y Raúl René De Sanctis, ambos desaparecidos en distintos operativos en la provincia de Buenos Aires, en 1977.
Los padres:
Raúl René De Sanctis nació el 29 de julio de 1954 en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos pero siendo muy pequeño su familia se mudó a la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
Realizó casi toda la escuela primaria en el Colegio del Sagrado Corazón de Rosario y los estudios secundarios en el Colegio San José, de orientación saleciana, donde también participó de los grupos de jóvenes salecianos. Comenzó a estudiar Antropología en la Universidad Nacional de Rosario, sin llegar a concluirla. Fue obrero en la empresa metalúrgica Acindar. Militaba en la organización Montoneros.
Myriam Ovando nació el 17 de enero de 1956 en la ciudad de Rosario. Tiene un hermano menor. Su padre era empleado en la empresa Gas del Estado. Su madre era ama de casa. Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Centro Educativo Nuestra Señora del Huerto en la ciudad de Rosario. Comenzó a estudiar Psicología en la Universidad Nacional de Rosario, sin llegar a finalizarla. Militaba en la organización Montoneros y realizaba trabajos de alfabetización en barrios humildes cercanos a la ciudad de Rosario.
Miryam y Raúl se conocieron en los retiros espirituales de la congregación saleciana. Comenzaron su noviazgo y tiempo después se mudaron a Buenos Aires debido a la militancia de ambos.
La joven fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, zona norte del Gran Buenos Aires. Raúl en mayo de ese mismo año en la estación de trenes de Campana, provincia de Buenos Aires. Miryam estaba embarazada de seis meses. Pudo saberse que permaneció detenida ilegalmente en la localidad de Escobar, en un CCD dependiente de Campo de Mayo. Por una carta que recibió su familia se supo que la joven había dado a luz en julio de 1977, durante su cautiverio, una niña a la que llamó Laura Catalina.
La búsqueda de Laura:
La búsqueda de Laura comenzó cuando sus familiares denunciaron, en Abuelas de Plaza de Mayo, en diciembre de 1982, la desaparición de Raúl y de Miryam embarazada. El equipo de investigación de Abuelas comenzó sus averiguaciones a partir de denuncias que daban cuenta de que una joven, en manos de un militar, podría ser hija de desaparecidos. A partir de esas informaciones, el equipo jurídico de Abuelas presentó una denuncia judicial que tramitó en el juzgado Federal Nº 4 de Capital, donde se realizaron las medidas necesarias para dar con el paradero de la joven.
Tiempo después, a partir del análisis de ADN realizado en el Banco Nacional de Datos Genéticos pudo saberse que aquella joven es efectivamente hija de Miryam Ovando y Raúl De Sanctis. Las muestras biológicas fueron extraídas de objetos personales, obtenidos en un procedimiento judicial.
El pasado lunes 8 de septiembre, las Abuelas fuimos notificadas por el juez Federal Ariel Lijo, quien nos informó que la joven pertenece a la familia Ovando-De Sanctis.


El nieto número 95:
Las Abuelas de Plaza de Mayo queremos comunicar que hemos encontrado a otro nieto que durante más de 30 años vivió privado de su identidad. El joven es hijo de Liliana Carmen Pereyra y Eduardo Alberto Cagnola, ambos secuestrados de la pensión en la que vivían en Mar del Plata, el 5 de octubre de 1977.
Los padres:
Liliana Carmen Pereyra nació el 1º de septiembre de 1956 en la ciudad de La Plata. Su familia la llamaba "Lali". Eduardo Alberto Cagnola nació en la ciudad de Chacabuco, provincia de Buenos Aires, el 12 de diciembre de 1954. Sus amigos le decían "Mocho". Se conocieron mientras estudiaban Derecho en la Universidad Nacional de La Plata. Allí comenzaron su militancia en la Juventud Universitaria Peronista, y luego se integraron a la organización Montoneros. Liliana era empleada en el Banco Hipotecario.
En 1977, Liliana y Eduardo se mudaron a la ciudad de Mar de Plata y se instalaron en una pensión. Trabajaron en una pescadería, Liliana como filetera y Eduardo en la cámara frigorífica.
El 5 de octubre de 1977 fueron secuestrados de la pensión en la que vivían. Liliana estaba embarazada de cinco meses. Permanecieron detenidos en la Base Naval de Buzos Tácticos de Mar del Plata, hasta que la joven fue traslada a la ESMA para dar a luz. Según testimonios de sobrevivientes, Liliana permaneció detenida en la denominada "pieza de las embarazadas" y en febrero de 1978 dio a luz un niño al que llamó Federico. Estos mismos testimonios afirman que Liliana y el pequeño Federico, permanecieron juntos alrededor de unos diez días.
La búsqueda de Federico:
Las familias Pereyra y Cagnola denunciaron la desaparición de Eduardo y de Liliana embarazada y comenzaron la intensa búsqueda. La denuncia fue realizada en julio de 1981. Las Abuelas fueron piezas fundamentales, tal es así que la abuela materna se convirtió en la referente de la filial Abuelas La Plata: Jorgenlina "Coqui" Pereyra.
Tiempo después, llegaron a la Asociación denuncias sobre un matrimonio que tendría en su poder un posible hijo de desaparecidos. Allí se iniciaron las averiguaciones del equipo de investigación de Abuelas, junto a la Comisión Hermanos de H.I.J.O.S. quienes lograron dar con el paradero de Federico. Fue entonces que el juzgado Federal Nº 2 ordenó la medida para obtener muestras de ADN de las pertenencias del joven.
Ayer, 9 de septiembre, el juez Federal Jorge Ballesteros informó al joven que incluye en un 99,99 % en la familia Pereyra Cagnola.

Antes de concluir con nuestro humilde informe
Destacamos que la información fue extraída de:
www.abuelas.org.ar
El informe fue realizado por:
-Dalponte, Tomás
-Pucheta, Gastón
-Sorcinelli, Franco
-Sotelo, Tomás